Conoce tu sistema circulatorio
El cuerpo humano necesita varios elementos para funcionar, como oxígeno y nutrientes, pero también debe eliminar los desechos que produce. Aquí es donde entra en acción nuestro sistema circulatorio, encargado de llevar el oxígeno y los nutrientes a las células, y eliminar el dióxido de carbono y otros residuos.
Es importante recalcar que el sistema circulatorio no solo es el corazón; también incluye los vasos sanguíneos y el sistema linfático. Los vasos sanguíneos son las arterias, venas y capilares que son como tuberías que transportan la sangre por todo el cuerpo. Las arterias llevan sangre rica en oxígeno desde el corazón a los órganos, mientras que las venas la devuelven al corazón para que se vuelva a oxigenar.
En los esquemas del sistema circulatorio, las venas que llevan la sangre sin oxígeno se representan en color azul, mientras que las arterias, que transportan sangre oxigenada, se muestran en color rojo.
Los capilares, los vasos más pequeños, conectan arterias y venas, asegurando que cada célula del cuerpo reciba el oxígeno y los nutrientes que necesita. Si alguna vez te has hecho un moretón, habrás notado que la sangre que se acumula debajo de la piel se vuelve azul o negra, lo que indica que ha perdido oxígeno.
¿Cómo funciona el corazón?
El corazón es en realidad una bomba poderosa con dos partes: el ventrículo derecho y el ventrículo izquierdo. La sangre sin oxígeno llega al ventrículo derecho y se envía a los pulmones, donde se oxigena. Luego, esta sangre oxigenada vuelve al corazón y, desde el ventrículo izquierdo, se bombea a todo el cuerpo a través de la aorta, nuestra arteria principal.
¿Qué pasa en un paro cardíaco?
Cuando el corazón deja de funcionar (paro cardíaco), no solo el corazón se ve afectado. La falta de oxígeno daña rápidamente órganos vitales como los pulmones, el hígado y los riñones. Por eso, estos órganos no suelen ser aptos para la donación después de un paro cardíaco, ya que también han sido afectados por la falta de circulación.
¿Cómo mejorar la circulación?
Cuidar nuestro sistema circulatorio es fundamental para mantenernos saludables, y una de las mejores formas de hacerlo es a través del ejercicio. Actividades como caminar, nadar, montar en bicicleta, practicar yoga o subir escaleras, incluso despacio, ayudan a que la sangre fluya mejor, fortalecen el corazón y mejoran la salud de los vasos sanguíneos. Para quienes tienen movilidad reducida, ejercicios de bajo impacto como el yoga o simplemente mover las piernas y brazos mientras están sentados son beneficiosos y contribuyen a una mejor circulación.
Suplementos que pueden ayudar
Además de la actividad física, algunos suplementos pueden apoyar la salud circulatoria. Por ejemplo:
Arginina: Este aminoácido ayuda a mejorar el flujo sanguíneo al aumentar la producción de óxido nítrico, que relaja las paredes de los vasos sanguíneos.
Resveratrol: Un antioxidante que reduce la inflamación y protege la salud de los vasos sanguíneos.
Incorporar estos suplementos en tu dieta, junto con una rutina de ejercicio, una buena alimentación y la mejora de tu sistema gastrointestinal hace una gran diferencia en la salud de tu corazón y en la circulación de tu sangre.
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