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Foto del escritorAlfen Lessa

¿Es verdad que el ajo te hace oler mal?


A lo largo de los años, ha circulado un rumor sobre los grandes beneficios del ajo para diferentes enfermedades pero muchos se han negado en tomarlo porque se dice que te hace oler mal.


Demos un vistazo a la ciencia detrás del mito…


Es cierto que comer ajo puede provocar un olor corporal peculiar gracias a los compuestos de azufre presentes en el ajo, como la alicina y el sulfuro de metil-alilo. Cuando consumes ajo, estos compuestos se descomponen durante la digestión y se absorben en el torrente sanguíneo. Desde ahí, se liberan por diferentes medios, como el aliento y el sudor.


El sulfuro de metil-alilo, no se descompone completamente en el cuerpo, por lo que es eliminado a través de los pulmones y la piel, lo que genera el olor característico a ajo que puede persistir durante varias horas, e incluso hasta un día después de haberlo consumido.


Sin embargo, estos mismos compuestos responsables del olor característico del ajo ofrecen numerosos beneficios para la salud. Diversos estudios han demostrado que el ajo tiene propiedades beneficiosas para el tratamiento de enfermedades como la diabetes, problemas hepáticos y cardiovasculares.





¿Cómo ayuda el ajo en la diabetes?


El ajo ha mostrado tener efectos beneficiosos para el control de la diabetes, ya que aumenta los niveles de insulina en la sangre y ayuda a las células a absorberla mejor. También contribuye a inhibir la absorción de glucosa (azúcar) en el intestino y mejorar su utilización en el cuerpo. Además, sus propiedades antioxidantes protegen y regeneran las células hepáticas.





Enfermedades cardiovasculares:


El ajo es también un gran aliado en la lucha contra las enfermedades del corazón, que son responsables del 32% de las muertes a nivel mundial y suelen estar relacionados con el colesterol alto.


El ajo contribuye a reducir la inflamación de las arterias y disminuir los niveles de lipoproteínas en la sangre, lo que a su vez reduce el colesterol malo. Además, su efecto antioxidante impide que las células absorban este tipo de colesterol.


Asimismo, el ajo favorece la disolución de coágulos sanguíneos y reduce la viscosidad del plasma, lo que mejora la circulación. También previene la formación de coágulos que podrían obstruir las arterias al inhibir la agregación plaquetaria.


Enfermedades hepáticas:


En cuanto a la salud del hígado, el ajo ha demostrado ser útil en el tratamiento y prevención de la enfermedad hepática grasa no alcohólica (EHGNA). Sus propiedades antiinflamatorias y antioxidantes ayudan a prevenir la acumulación de grasa en el hígado.


En resumen


Aunque el ajo puede afectar el olor corporal si se consume en grandes cantidades, sus beneficios para la salud son indiscutibles. Desde mejorar el control de la diabetes hasta proteger el corazón y el hígado, el ajo se presenta como un poderoso aliado en la prevención y tratamiento de varias enfermedades. ¿Te atreverías a intercambiar tu olor por mejorar tu salud?

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